En alerta sus centrales nucleares, Japón está en emergencia energética

11 reactores nucleares han paralizado su actividad y el 1er. ministro de Japón, Naoto Kan, decretó la alerta atómica, aunque el gobierno asegura que no se han detectado fugas radiactivas en o cerca de las plantas nucleares. Sin embargo, en la central de Fukushima Daiichi se ha declarado la emergencia nuclear después de problemas con la refrigeración de uno de sus reactores tras el seísmo.




La emergencia nuclear declarada en Japón sigue el procedimiento de seguridad internacional para minimizar los daños que el terremoto haya podido causar a las instalaciones nucleares y garantizar que no se han producido fugas radiactivas, tal como sí ocurrió en la planta japonesa de Kashiwazaki-Kariwa que vertió al mar unos 1.000 litros de agua contaminada tras el terremoto de 2007.
 
El reactor I de la nuclear de Fukushima, que tras el terremoto de 8,9º en la escala de Richter registra problemas en el sistema de refrigeración, no ha podido normalizarse en las últimas horas pese a los mensajes tranquilizadores de las autoridades que han ordenado una evacuación "preventiva" de las cerca de 3.000 personas residentes en las inmediaciones de la planta.
 
El 1er. ministro nipón, Naoto Kan, ha pedido a 45.000 personas que evacuen la zona. En las últimas horas, se ha ampliado la zona de evacuación, de 3 km. a 10 km. a la redonda. Al parecer, la sala de control del reactor registra un nivel de radiactividad 1.000 veces superior al normal.
 
El ministro de Industria, Banri Kaieda, advirtió de que podría producirse una pequeña fuga radiactiva en esta central, duramente golpeada por el seísmo. La cantidad de radiación detectada en torno a la central sería 1.000 veces superior a los niveles normales, según la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear, citada por la agencia de noticias Kiodo. Ello podría obligar al Gobierno a liberar vapor radiactivo de forma controlada para evitar males mayores como una fusión del núcleo que expulsaría gran cantidad de material radiactivo al exterior y, en el peor de los escenarios posibles, podría provocar la explosión del reactor.
 
El ministro de Economía, Comercio e Industria nipón, Banri Kaieda, también ha admitido que la planta podría sufrir una pequeña fuga de radiación, recogen las agencias de noticias japonesas. 
 
"Estamos haciendo todo lo posible para encarar la situación", ha señalado Kaieda. El primer ministro japonés, Naoto Kan, ya ha ordenado la evacuacíón de los habitantes que esten 10 kilómetros a la redonda (unos 40.000) de la central ante el riesgo de fuga, afirma la agencia Jiji citando el Ministerio de Industria nipón.
 
La alerta se explica porque ni los reactores instalados en el país, una referencia para la seguridad a nivel mundial dado que fueron diseñados para resistir a los seísmos que habitualmente sufre la zona, parecen preparados para soportar un movimiento telúrico de la intensidad del que ha sacudido la costa nororiental del país, de 8,91 en la escala Richter. 
 
"Los reactores se diseñan considerando datos históricos de los seísmos de la zona en que se van a construir", explicó Juli Barceló, ex consejero del Consejo de Seguridad Nuclear, máxima autoridad atómica de España. 
 
"En Japón las nucleares están construidas para resistir terremotos de una intensidad alrededor de 7,5", agregó. "El primer paso, ante la intensidad del terremoto, es decretar la emergencia para asegurarse de que no ha habido averías que desemboquen en fugas o explosiones".
 
Las plantas nucleares poseen 2 puntos débiles: 
 
> el reactor, que debe mantenerse aislado y a una temperatura estable de unos 300ºC; y 
 
> el sistema de refrigeración del mismo, que evita sobrecalentamientos que puedan derivar en una explosión. 
 
"Uno de los motores que alimenta el sistema de refrigeración ha fallado. Es relativamente alarmante porque debería haber funcionado correctamente", explicó José María García Casasnovas, ingeniero industrial experto en energía nuclear y vocal de la comisión de Energía del Colegio de Ingenieros. "Hay que investigar qué ha pasado y si la avería obedece a afectaciones causadas por el terremoto", añade.
 
Asimismo, una 2da. central nuclear situada en Fukushima, del operador Tokyo Electric Power habría perdido también el control sobre la presión de algunos de sus reactores, y ha reconocido problemas de refrigeración tras el violento seísmo.
 
El Organismo Internacional de Energía Atómica ha comunicado que no ha detectado fugas de radiactividad en Japón, que concentra 55 reactores nucleares que generan alrededor del 30% de electricidad que consume el país. 
 
Pero la precaución es máxima: se mantienen parados 11 reactores nucleares y las autoridades han ordenado el desalojo de unas 2.800 personas que viven en las cercanías de la planta de Fukushima. El reactor de la planta se ha parado pero el núcleo permanece caliente, aunque se descarta ya el riesgo de una explosión, según las autoridades locales.
 
Sin embargo, un portavoz de la compañía que explota la planta nuclear citado por la agencia AFP también ha admitido que la avería del reactor está lejos de normalizarse. "La presión ha subido y estamos intentando disminuirla", ha advertido. 
 
La temperatura del reactor, desactivado automáticamente tras el seísmo, todavía no ha podido normalizarse y la presión de la vasija -cavidad blindada en la que se aloja el reactor- es actualmente 1,5 vez mayor del nivel para la que fue diseñada. 
 
Soldados de las Fuerzas de autodefensa (el nombre del ejército japonés), pertrechados con protecciones nucleares, han sido desplegados en la central para verificar la situación. Las fuerza aéreas de USA también han entregado refrigerante a una central nuclear japonesa, según ha comunicado la secretaria de Estado, Hillary Clinton, sin especificar la forma en que se ha instalado. 
 
"Una de las centrales ha recibido una gran presión tan el temblor y no tiene suficiente líquido refrigerante. Los aviones de la USAF han podido entregarlo", ha dicho Clinton.
 
Japón ha paralizado la central inmediatamente y parece que el resto de sistemas de seguridad funcionan según lo previsto. Ahora debe certificar que los circuitos de refrigeración y los reactores paralizados pueden seguir operando con seguridad.
 
La emergencia detuvo el 25% de la potencia nuclear instalada en el país mientras el 75% sigue funcionando con normalidad. 
 
Por ahora se está sustituyendo la energía que producían los reactores afectados con plantas de gas líquido, aunque si se prorroga la situación de emergencia Japón quizá deba recurrir a otras fuentes energéticas.

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