Reapareció el Emperador de Japón
Luego de cinco días de ocurrido el sismo, Akihito habló por televisiónpara enviar un mensaje a la población.
En un discurso pronunciado por televisión, el emperador de Japón Akihitose declaró este miércoles "profundamente preocupado" por la situación "imprevisible" en la central nuclear de Fukushima. Afirmó además que reza "por la seguridad" de sus compatriotas.
Cinco días después del sismo y el tsunami que devastaron el nordeste de Japón, el emperador, de 77 años, reconoció que "el número de muertos aumenta día a día" y admitió desconocer "cuánta gente ha sido víctima" de la catástrofe.
"Rezo por la seguridad de la mayor cantidad de gente posible", agregó el emperador, cuyos mensajes a la población son contados. Luego deploró la situación "impredecible" en la planta nuclear de Fukushima 1, que sufrió varias explosiones después de la catástrofe natural.
"Espero sinceramente que podamos impedir que la situación empeore gracias a los esfuerzos de todos los que participan en las tareas de socorro", declaró el Akihito, quien agradeció el trabajo de los equipos de emergencia, tanto japoneses como extranjeros.
El septuagenario emperador, que subió al trono en 1989, se solidarizó con la población, obligada a evacuar sus hogares "en condiciones extremadamente difíciles de frío, de falta de agua y de carburante".
"Rezo para que las labores de los socorristas progresen rápidamente y que la vida de la gente mejore, aunque sólo sea un poco, y darles esperanzas para iniciar la reconstrucción", continuó. El pasado jueves, la costa nordeste de Japón sufrió un fuerte sismo de magnitud 9 que fue seguido por un devastador tsunami.
Según los últimos datos oficiales, las catástrofes provocaron la muerte de 3.676 personas y dejaron 7.558 desaparecidos, por lo que las autoridades calculan que el balance final superaría las 10.000 víctimas. El emperador y su esposa Michiko visitaron con ocasión de catástrofes anteriores los lugares afectados para reconfortar a las víctimas.
Sin embargo, es la primera vez desde que sucedió a su padre Hirohito que Akihito aparece en las televisiones de su país para enviar "un mensaje a los siniestrados". Tras el terremoto de Kobe en 1995, en el que murieron 6.400 personas, sólo envió un comunicado por escrito. Aunque el emperador es el jefe del Estado en Japón, su papel es honorífico y no tiene ninguna función pública.
Cinco días después del sismo y el tsunami que devastaron el nordeste de Japón, el emperador, de 77 años, reconoció que "el número de muertos aumenta día a día" y admitió desconocer "cuánta gente ha sido víctima" de la catástrofe.
"Rezo por la seguridad de la mayor cantidad de gente posible", agregó el emperador, cuyos mensajes a la población son contados. Luego deploró la situación "impredecible" en la planta nuclear de Fukushima 1, que sufrió varias explosiones después de la catástrofe natural.
"Espero sinceramente que podamos impedir que la situación empeore gracias a los esfuerzos de todos los que participan en las tareas de socorro", declaró el Akihito, quien agradeció el trabajo de los equipos de emergencia, tanto japoneses como extranjeros.
El septuagenario emperador, que subió al trono en 1989, se solidarizó con la población, obligada a evacuar sus hogares "en condiciones extremadamente difíciles de frío, de falta de agua y de carburante".
"Rezo para que las labores de los socorristas progresen rápidamente y que la vida de la gente mejore, aunque sólo sea un poco, y darles esperanzas para iniciar la reconstrucción", continuó. El pasado jueves, la costa nordeste de Japón sufrió un fuerte sismo de magnitud 9 que fue seguido por un devastador tsunami.
Según los últimos datos oficiales, las catástrofes provocaron la muerte de 3.676 personas y dejaron 7.558 desaparecidos, por lo que las autoridades calculan que el balance final superaría las 10.000 víctimas. El emperador y su esposa Michiko visitaron con ocasión de catástrofes anteriores los lugares afectados para reconfortar a las víctimas.
Sin embargo, es la primera vez desde que sucedió a su padre Hirohito que Akihito aparece en las televisiones de su país para enviar "un mensaje a los siniestrados". Tras el terremoto de Kobe en 1995, en el que murieron 6.400 personas, sólo envió un comunicado por escrito. Aunque el emperador es el jefe del Estado en Japón, su papel es honorífico y no tiene ninguna función pública.
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